viernes, julio 29, 2005

FRIENDS



“Todo lo que sucede es porque tiene que suceder”. Me parece una gran frase y es buena recordarla a veces.

Este tipo de comentarios son los que en tantas ocasiones escuchamos. En la mayoría de los casos no soportamos que nos los digan. Me parece perfecto que si sucede es porque tenga que suceder. A mi ahora no me vale. O bueno, sí, me vale. ¿Por qué no? Es una forma de quitarse una preocupación. Me conformo.

Jamás le diré a una amiga, cuando tenga un problema y se encuentre mal, “el tiempo lo cura todo”. ¡Por favor! No lo soporto. No dudo que la frase sea cierta. De hecho lo es. Pero en ese momento ¿quién necesita escuchar eso?

Hoy me han dicho que no me van a dar información que me pueda doler. ¿Quién dice doler? De verdad, necesito saberlas. Sobre mí tiene que planear el control absoluto de la situación. El dolor hace fuerte. A mí me duele pero sobre todo, me jode. Así que nadie me oculte nada.

Ya tengo en mi poder la novena temporada de Friends. Me han hecho pasar un buen rato. No me importaría ser Rachel. De las tres, es con la que más me identifico. Tengo ese punto de pija aunque no tan desarrollado. También tengo ese punto de histérica. Y también podría haberme quedado embarazada de un amigo.
Lo que no sé es si la historia acabará igual (todavía no he visto el final aunque me lo han contado).

Las relaciones destructivas deben morir.

viernes, julio 22, 2005

Esto no es una guerra


Orgullo, según la RAE, exceso de estimación propia, arrogancia.
Es necesario tenerlo pero ¿dónde están los límites?.
En mi vida, echo en falta un poco de orgullo. Digamos que, en seguida, se me olvidan las cosas.
Sin embargo he vivido rodeada de orgullosos. Un momentáneo teatro y espectáculo de orgullo, ha acabado haciéndome daño. Lo que empieza como una simple tontería, termina convirtiéndose en una gran bola.
¡BASTA YA! A todos lanzo un grito.
Ahora es una simple cuestión de valorar.

jueves, julio 21, 2005

Hoy es uno de esos días en los que no me apetece soportar a nadie. Una sensibilidad especial y diferente corre por mi cuerpo. Siento que quemo aunque no ardo. Y lo mejor sería arder en llamas y desaparecer durante unos minutos.

O mejor unas horas.

martes, julio 19, 2005

HOY

He llegado a la conclusión de que cuando me fumo un cigarro, inmediatamente después de pegar un polvo, es porque el chico no me importa.

He llegado a la conclusión de que cuando hago un cambio considerable en el peinado es porque hay algún tipo de ruptura sentimental que se pretende hacer.

He llegado a la conclusión de que vivir del pasado, a veces, es bonito.

He llegado a la conclusión de que las conclusiones son justificaciones de los actos.

Aún así, he llegado a la conclusión de que todas las conclusiones son acertadas.

Y a todas estas conclusiones he llegado HOY.

lunes, julio 18, 2005

Cuando no apetece trabajar...


Es verano. Preferiría estar en la playa descansando y torrándome al sol pero me toca estar en el trabajo. Y como yo, muchos más. Hoy he ido al banco y le ha tocado atenderme al chico de turno que no le apetecía trabajar.

Inepto e ineficaz. Y todo porque no quería hacer una llamada para cancelar mi cuenta. Pretendía, sin más, que fuera otro día. Hace falta ponerse seria y pegarle cuatro gritos para que el hombre haga su trabajo. No tengo explicación ante tal elemento.

Yo iba descansada. Un fin de semana tranquilo a mis espaldas. Había repuesto fuerzas y, por fin, podía levantarme pronto un lunes para hacer todos mis recados.

Se ha convertido en una mañana de estrés. Malhumorada he hecho un poco de balance sobre mi vida. Hace falta un par de cambios. El objetivo está marcado. Ojalá tenga la fuerza de voluntad para cumplir con él. Hay cosas que ya no llevan a ninguna parte. Y ni siquiera proporcionan el placer de antes.

martes, julio 12, 2005

Corazones



Cuando A le dijo a B que necesitaba un tiempo, no imaginaba que B se lo daría. A los quince días B decidió dar señales de vida. Obtuvo una contestación un tanto extraña para él. “¿Cómo este interés repentino?”.

La explicación de sus dos amigas fue muy clara. A las mujeres les da rabia, que chicos como B puedan respetar sus decisiones. ¿Por qué? Porque las mujeres no son capaces de aguantar en situaciones similares. Ahora mismo A y B ya no están.

Por otro lado está E. Una chica que de tanta ingenuidad e inocencia que desprende, me causa fatiga. Es débil ante las relaciones. Y me atrevo a decir que ante la vida. Hablar con ella es cansino. Sólo sabe hablar de dos hombres, hablar de otros temas es nulo. El tipo de relación que ella busca, rotundamente, no existe. Algunos la definen como un diamante en bruto. Para mi, un diamante al que le vendría muy bien que le pulieran. A veces no la llamo porque ya sé que giro va a tomar la conversación. Repito, me cansa.
Si yo fuese Carlos Fuentes, el cura de A Tu Lado, la mandaría al infierno.

C podría ser la Samantha de Sexo en Nueva York pero a lo valenciano. Al principio creía que ella solita se buscaba los fracasos amorosos a pulso. Incluso hubo un par de veces que le recriminé. Ahora me doy cuenta de que no todo es eso.

A la novia de D nadie la soporta. Y nadie dice nada. En estos casos siempre salen perdiendo los amigos, amigos a los que siempre acabas recurriendo. ¿Se debe abrir los ojos a un amigo?

Mención especial requieren L, M, G, J.... o capítulo aparte requieren las infidelidades. Parece ser que el amor en su propia esencia ya no existe o quizás nunca ha existido. ¿qué pasa que todo el mundo está liado con una persona que tiene pareja? ¿Qué pasa con todos aquellos que mantienen una doble vida?

Me gustaría seguir creyendo que el amor existe aunque a veces cuesta.

martes, julio 05, 2005

Quiero ser Samantha



Hipnotizada por los dos capítulos de Embrujada que me chuté anoche vía intravenosa, por un momento me creí Elizabeth Montgomery. Fueron varios los intentos de mover la boca para conseguir que el hechizo surgiera efecto. Comprendí, entonces, que no era una bruja.

Mis ojos permanecían abiertos. De la cama al sofá, del sofá a la cama.
En medio de todo, una bolsita con un eslogan: “sabe bien, sienta bien”. No me gusta la manzanilla, ni tampoco la miel. Casualmente me encanta la manzanilla con miel, eso sí, siempre con azúcar moreno.

Me supo bien pero, una vez más, no surgió efecto. ¿Cuál podría ser el hechizo que yo necesitaba? Ni la teletienda más insoportable, me conciliaba el sueño.

No sabía en qué pensar. Miles de pensamientos me venían a la cabeza. Llegué a organizar unas vacaciones ficticias, planeé mi próximo encuentro con un amigo. Suelo quedar con él cada mes, más o menos. Ya hace casi dos meses que no lo veo, así que entre todas las fantasías que corrían por mi mente, él tuvo su momento.

Pensé en Jaime...en Teo... hasta que decidí que lo mejor era no darle más vueltas. Solución: contar ovejas. Ese método infalible, supuestamente, en nuestra infancia. Me cansé de ver a esos animalitos saltar vallas. 178 fueron suficientes para darme cuenta de que no era la mejor pócima.

Menos mal que llegué a casa muy pero que muy cansada. No me acuerdo en que momento caí rendida. La última vez que vi el reloj, marcaba las 5:34.

Suma y sigue



Mantenemos conversaciones con personas que nos importan un pimiento.
Y aguantamos el tipo.
Hay personas que nos parecen muy interesantes y jamás hablamos con ellas.
¿Se puede llegar a un punto en el que te dé “pereza” conocer gente?

Objetivo: ampliar círculos. Noche de fin de semana. Tú y un entorno. Un entorno y tú. “La Tortura” de fondo. Unos vienen, otros se van. Y al final, te conformas con los de siempre.

Es conformismo a pesar de todo. Otros piensan diferente. Yo sé lo que yo pienso.

Le doy mucha importancia a las inquietudes y aspiraciones. Y de repente... me encuentro con que en un aspecto de mi vida, soy yo la que empieza a perder interés.
No voy a dejarlo escapar. Nuevas operaciones marcarán mi destino.

Sumo y sigo. Nunca resto.