miércoles, mayo 14, 2008

deja vou

Ya no quedan migas de pan sobre el mantel, alguien se las ha llevado sin pedir permiso. Le dan un toque de que ha pasado, ha estado y ha dejado rastro… Sin quererlo las manchas de vino sustituyen a las migas un buen día. Estas sí que cuestan que se vayan pero nadie se las lleva y eso que tienen mi permiso.

Dicen que las noches mejores son las que no están previstas, que los mejores días son los que no están planeados.

Últimamente sueño, pienso en cosas que luego ocurren, es como si tuviera un sexto sentido, antes de que me cuenten algo, yo ya he estado allí, yo ya lo he vivido, ya lo ha cocido mi mente. Es una especie de deja-vou sin serlo.

Hace tres meses o cuatro, alguien acompaña a los susurros que llegan de mi cama, a las confesiones que mi almohada sigue guardando a pesar de todo. Un lujo descontrolado. Hoy el deja vou maldito desaparece, vuelven las migas de pan, las que a mi me gustan y me han recomendado un quitamanchas magnífico que borra la peor de todas las manchas.