Corazones
Cuando A le dijo a B que necesitaba un tiempo, no imaginaba que B se lo daría. A los quince días B decidió dar señales de vida. Obtuvo una contestación un tanto extraña para él. “¿Cómo este interés repentino?”.
La explicación de sus dos amigas fue muy clara. A las mujeres les da rabia, que chicos como B puedan respetar sus decisiones. ¿Por qué? Porque las mujeres no son capaces de aguantar en situaciones similares. Ahora mismo A y B ya no están.
Por otro lado está E. Una chica que de tanta ingenuidad e inocencia que desprende, me causa fatiga. Es débil ante las relaciones. Y me atrevo a decir que ante la vida. Hablar con ella es cansino. Sólo sabe hablar de dos hombres, hablar de otros temas es nulo. El tipo de relación que ella busca, rotundamente, no existe. Algunos la definen como un diamante en bruto. Para mi, un diamante al que le vendría muy bien que le pulieran. A veces no la llamo porque ya sé que giro va a tomar la conversación. Repito, me cansa.
Si yo fuese Carlos Fuentes, el cura de A Tu Lado, la mandaría al infierno.
C podría ser la Samantha de Sexo en Nueva York pero a lo valenciano. Al principio creía que ella solita se buscaba los fracasos amorosos a pulso. Incluso hubo un par de veces que le recriminé. Ahora me doy cuenta de que no todo es eso.
A la novia de D nadie la soporta. Y nadie dice nada. En estos casos siempre salen perdiendo los amigos, amigos a los que siempre acabas recurriendo. ¿Se debe abrir los ojos a un amigo?
Mención especial requieren L, M, G, J.... o capítulo aparte requieren las infidelidades. Parece ser que el amor en su propia esencia ya no existe o quizás nunca ha existido. ¿qué pasa que todo el mundo está liado con una persona que tiene pareja? ¿Qué pasa con todos aquellos que mantienen una doble vida?
Me gustaría seguir creyendo que el amor existe aunque a veces cuesta.
2 Comments:
Todo este lío de letras te pasa por ir a Valencia. Vete el domingo a La Latina, juega a ser Samantha y que sea los que dios quiera si el cura de A tu Lado te tira los trastos. U otros.
Mis amigas heterosexuales siempre me comentan sobre la extraña desaparición de los hombres. Creen que hay una poderosa organización extraterrestre que se los lleva y los hace desaparecer. No se creen que la mitad de los españoles sean hombres. Están convencidas de que sólo hay un 30% de hombres y un 70% de mujeres y que el gobierno nos lo oculta. No pueden dar crédito a su soledad. No tienen explicación a su contínua caída en relaciones con hombres que ya tienen pareja. Se tragarían cualquier total de Miguel Blanco sobre este asunto. Están pasmadas.
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