jueves, septiembre 28, 2006

UFF!!!

Acabo de llegar a casa después de uno de los peores días de curro que he tenido y ayer a nivel personal fue un día muy triste. Peor imposible.

Enciendo el ordenador y se ha caído Internet. No puedo mirar nada, así que me siento a escribir.

Tengo una gran facilidad para dormirme en los aviones, demasiada. Aún no ha despegado y ya estoy con la boquilla abierta y a punto de caerse la baba. Da igual la hora que sea… yo me quedo frita.

Ayer tendría que haber dormido en Navarra, perdí el avión y pagué las consecuencias. Me ha tocado levantarme a las tres y media de la madrugada para coger el primer vuelo. Estoy muerta. Ayer una amiga me decía, venga que estás en racha, obviamente era una forma de animarme.

Vuelo cerrado cuarenta minutos antes de que saliese. Taxi de vuelta y taxista tartamudo que no me entendía. Tres horas de sueño. A las ocho de la mañana estaba en un pueblo perdido en la montaña, ni un bar, todo el mundo me miraba y un joven se me ha acercado dispuesto a escuchar mis historias. Hasta las diez y media tenía que estar sola, demasiado tiempo para que la cabeza dé vueltas y con el estómago vacío, sin un mal café con posos.

El día era largo pero más largo era saber que hasta las cuatro y media no salía el vuelo a Madrid. Durante tres horas sola en el mini aeropuerto de Pamplona y dormida en las sillas. Triste. Al final a las siete de la tarde llego a casa.

Me afectó mucho perder el avión anoche. Nunca me había pasado. Tenía la cabeza en otra parte. Calculé mal los tiempos. Menos mal que los atascos en Madrid siempre son una buena justificación. Nunca había fallado de esa forma. Sólo una vez, pero esta vez fue conscientemente. Hice pellas. Me fui a la sierra a pensar el día después de autos. Era la primera vez en mi vida que hacía pellas.

Tengo que hacer la maleta para irme mañana a Valencia. Fin de semana perfecto para pensar, para que me escuchen. No tengo prisa. En una cosa tengo suerte hasta en los peores momentos de mi vida. Y mucha suerte. Soy rica en buenos amigos.

Gracias.

jueves, septiembre 21, 2006

uno, due, tre...


Al mismo tiempo que la primavera y el otoño llega a El Corte Inglés, llega a mi vida la época de balances y nuevos propósitos. Por primera vez en mucho tiempo he cumplido con uno de esos propósitos. Aprender un tercer idioma.

Me he apuntado a italiano. Reconozco que soy un poco atrevida por decir “tercer” pero bueno daremos inglés por válido.

Sí, es verdad ¿para qué quiero aprender italiano? Hombre, en octubre me voy a Roma… por lo menos sabré pedir un capuchino. Hoy he hablado con el dueño de una pensión en la Piazza Navona… nos hemos entendido sobre todo porque él hablaba español. Yo sólo le decía, a las españolas “prezzio espeziale”. Se ve que en el arte del regateo no hay idioma… al final me ha rebajado 20 euros por noche.

Tengo ganas de empezar las clases. Iré los lunes y miércoles de cuatro a seis de la tarde al aula 7. Me apetece hacer exámenes, estudiar... es como volver a una buena época. Nos iremos a tomar lambrusco después del curso y haremos cenas de clase, como antaño.

Voy a ir con dos compañeros de curro. Somos tres personas totalmente diferentes, cada uno con una vida muy distinta. Es gente con la que sé que nunca tendré una amistad profunda y duradera pero esto será divertido.

Yolanda es madre de dos hijos, está casada con uno de los componentes de Tam Tam Go. Toda su vida ha trabajado con la Campos. Me llevo bastante bien con ella y me río mucho cuando habla. No sabría describirla, hay que conocerla. Cuando alguna abandone el barco llamado Ana Rosa, no tendremos más contacto que como mucho la típica llamada profesional cuando necesitemos algo. Este tipo de relaciones son sanas y me gustan.

Max como es famoso, no hay mucho que contar sobre él que no se sepa. Es majo y cercano. Ahora en italiano tendremos que llamarle Máximo. Tampoco sabré de él cuando esto termine. Seguro que dentro de un tiempo, como valenciano que es, Canal 9 le hará alguna oferta para presentar un programa. Es lo que tienen las autonómicas... buscan a alguien conocido de la tierra para dar prestigio a la cadena. Si ha quemado su etapa madrileña, se marchará. Ya le he dicho que cuando se vaya, que me lleve. Puede ser la oportunidad para volver a Valencia. Aunque para eso queda tanto…

Y mientras escribo esto, abro mil veces el correo y miro el móvil… pero nada de nada. Algunas personas además de aprender otro idioma, deberían ir a clases de educación.