miércoles, agosto 10, 2005

El efecto de la causa



Provocar es un arte y un lujo que muchos se permiten.
Provocar con arte tiene su gracia.
Provocar con gracia tiene su arte.
¿dónde están los límites de la provocación?

Cambiando de tercio, que no de mitad, en el trabajo hay mucha contaminación acústica. Mientras en mi rincón se habla alto, otros gritan en su pequeña parcela. Cinco televisores, por poner un número, cada uno con un canal. Y sino cuando al unisono se escuchan todos.

El distanciamiento se convierte en el mejor efecto de la causa. Pero es muy peligroso. También es la mejor opción. Y sin duda toda una provocación.

2 Comments:

At 17:11, Blogger anTón said...

Además tú no te mereces que hablemos sobre hipotecas y sobre pañales. Gracias

 
At 17:23, Blogger el que es como yo said...

Me asusta la señal de peligro. Espero que hagas pronto un listado de provocadores con todos los matices posibles.

 

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