Sin título y sin foto

Los cambios me abruman. No los llevo nada bien. Ahora cuando me levanto por las mañanas, parezco esa niña colegiala que no quiere ir a clase. Me siento igual.

Tengo uno de los mejores sitios de la redacción pero no estoy a gusto. El mundo Fuencarral me echa para atrás. Podría haber sido divertido. Comer con los amigos de otros programas, risas con otros que están al lado... Muchas cosas pero nada me apetece.

Mi cuerpo no lleva nada bien los cambios. Hacía seis meses que no me mordía las uñas y ahora mis manos vuelven a ser morcillas.

A Kate Moss le pillan consumiendo coca y todo el mundo del modelaje tiembla. De repente, se convierte en la gran noticia y todos aquellos que lo cuentan, se acaban de meter una rayita. Y entre risas, lo disfrutan. ¡Qué más da!. Todos estamos a prueba.

El café tiene pinta de estar más bueno aquí. Algunos ya han traicionado al de las Tablas. Quizás no haya más remedio pero yo le guardo el luto y me lo tomo debajo de mi casa. Eso sí, quince minutos antes de lo habitual porque ahora ya hay que ser puntual.

Entre el desorden algo me parece extraño. Hay un sobre de azúcar que ha viajado desde el cajón de Tubau al de Fuencarral y debería estar abierto. Pero sorprendentemente está cerrado.